Los habitantes de la vereda Granadillo, de Piedecuesta, quedaron atónitos al conocer la noticia sobre el hallazgo del cuerpo de un vecino del sector, quien fue vilmente asesinado.
Pablo Emilio Ordóñez, de 61 años, como fue identificada la víctima, tenía una finca en esa vereda, donde se dedicaba a labores de campo desde hacía varios años.
Su cuerpo fue hallado por unos trabajadores del sector conocido como Pozo Negro. Estaba tirado en el suelo, boca arriba, con signos de haber sido degollado y múltiples heridas con arma cortopunzante.
“A nosotros nos llamaron a la 1:30 de la tarde para decirnos que él estaba botado muerto y cuando llegamos como a las 2:30 de la tarde, estaba rodeado de mucha gente, pero no habían llegado las autoridades. Nosotros llamamos a Bomberos y a la Policía”, comentó Alexandra Ordóñez Pinzón, hija de la víctima.
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Sus familiares no se explican quién pudo haber cometido este crimen, pues recuerdan que don Pablo era una persona muy tranquila y servicial.
“Mi padre era un hombre muy responsable, servicial y desde hace 15 años, cuando se compró la finca, se dedicó a la agricultura. Es por esto que pido que por favor investiguen y yo voy a estar al pendiente, porque las cosas no se pueden quedar así. Solo una persona con el corazón complemente dañado hace eso con la sevicia que lo hizo es impresionante como lo dejaron”.
Sin embargo, comentaron que en varias ocasiones tuvo problemas con un vecino de la finca aledaña, por el agua que llegaba a su predio.
Además, hicieron énfasis en que una vez se conoció su trágica muerte, todos los habitantes de la vereda llegaron al lugar de los hechos, menos esa familia.
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Aunque el cuerpo fue hallado la tarde del sábado pasado, se presume que el fatal deceso ocurrió la noche del viernes, pues el cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición.
Las autoridades se encargaron de hacer el levantamiento del cadáver, y comenzar las respectivas pesquisas para investigar los móviles y autores del crimen.
