Dulce, alegre, enamorado de su familia y lleno de esperanza, así es Gabriel Alberto Pinzón, un girones de corazón, padre de 8 hijos, abuelo de 10 nietos y esposo de Amparo Gómez con quien lleva más de 40 años y a quien le debe todo, como él lo dice, porque ha sido su bastón a lo largo de su vida.
Su propósito siempre ha sido vivir la vida al máximo. Desde muy joven lleva dentro de su alma la pasión por la música, esa que lo hace vibrar al son de las cuerdas de su guitarra.
Es algo que lo mantiene firme y lo ayuda a mitigar esos inconvenientes que suelen presentarse en el hogar.
Y es que la música impulsa a Gabriel Alberto a mantenerse en un nivel muy especial de vida. Él cuanta que desde antes de que naciera… ya cantaba.
Luego llegaron las responsabilidades y lo pusieron a cantar a otro son… Pero no se arrepiente, pues hoy se siente orgulloso de lo que ha construido y lo que ha sembrado en sus ocho hijos. Pues aunque ya son mayores y tienen sus familias, su amor hacia ellos sigue intacto. Es más, su trabajo como padre sigue vigente.
Alberto le ha compuesto música y canciones desde siempre a todo. Pero aquel 24 de junio del 2018 las cuerdas de su guitarra temblaron, pero de miedo, al enterarse de un cáncer de colon que lo puso al borde de la muerte… Su familia nunca lo desamparó. Lo cuidó, lo protegió, oraron juntos y fortalecieron sus lazos de amor para aludir aquella composición que no tenía ritmo y que no era de su autoría.
El tiempo pasó y don Alberto, desde ese día, le apuesta a ver el sol un día más, a tocar su guitarra, abrazar a su esposa, hablar con sus hijos y seguir componiendo canciones. Cree que su corazón vibra cuando lo hace. Le ha compuesto a la crisis de Venezuela, a su municipio lleno de calor humano como es Girón, a su nieta La Pitoya, a pueblos de Santander, en fin… Ha venido escribiendo toda una historia con su música.
En su alma guarda el deseo de poder grabar un disco, dejarlo como herencia a su tierra, a su esposa y a sus hijos. Cree firmemente que la vida es amor, es alegría y que los propósitos de Dios son claros, hermosos y llenos de enseñanzas.
Seguirá siendo luz en su familia, regando amor por doquier y vibrando al ritmo de su guitarra, pues ese instrumento le ha permitido superar muchos obstáculos que la vida le ha puesto en el camino.