El cáncer de seno de Alix Hernández Anaya diagnosticado hace un año y que ya hizo metástasis, y el de nasofaringe que sufre su esposo Pablo Hernández Peña, no dan tregua a la negligencia a la que se ven sometidos por la paupérrima situación de la salud en Colombia. Ambos piden con urgencia que su EPS Medimás tome en cuenta su caso pues cada día que pasa su enfermedad avanza a ritmo acelerado.
“Me mandaron quimios… Casi nueve meses después sólo me han hecho tres quimios con dos tutelas y 2 quejas a la Superintendencia y me queda una pendiente. Una quimio de las bravas, me faltan 12 quimios, las radios y si me toca hacerme operación… Ya a estas alturas no han hecho nada por nosotros”, dijo con la voz entre cortada Alicia.
Su esposo también vive un viacrucis: “esto es un proceso muy lento incluso a mí no me han hecho nada, ni una pastilla ni siquiera para un cáncer que se debe utilizar… Me dijeron que tenía que hacerme radioterapia pero esta es la fecha y nada”.
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El desinterés que ellos ven en su EPS Medimás, los ha llevado a automedicarse, pues el dolor que siente Alicia en la mama derecha, las hemorragias nasales y los problemas para respirar, oír y comer a los que se enfrenta Pablo, los obliga a hacerlo.
“Tengo que tomar pastillas para el dolor, tengo que inyectarme diclofenaco con otra inyección para desinflamar”. Su esposo hace manifestó, “debo mandarme a inyectar para el dolor… Esas inyecciones me cuestan 15.000, son dos inyecciones que se aplican para el dolor cada tres días”.
La fortaleza de estos esposos está en Dios y su familia. A pesar de la difícil situación económica, sus hijos han velado por su bienestar y han interpuesto múltiples tutelas para que sus padres sean atendidos y se respete el derecho a la salud, como debe ser.
“Mi miedo es caer a una cama y saber qué no le espera a uno… Eso es terrible porque no más el dolor… Supuestamente el Universitario manda para ese dolor el tramadol con otra droga, pero eso me hace daño, yo siento que me ataca el corazón”, enfatizó Alicia.
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A pesar de que se tienen el uno al otro, no deja de ser desalentador el panorama. Alicia quiere ver crecer a sus nietos y llegar hasta viejitos con su esposo. Ella y Pablo claman piedad por su salud y esperan ser escuchados antes de que sea demasiado tarde.
“Por favor hagan algo por todas las personas enfermas y más por las que tenemos cáncer en el caso de nosotros. Velen por la salud”.
Pablo insiste en una ayuda urgente, “por favor que nos atiendan en los procesos que no se inician, necesito urgentemente que me hagan radioterapia. Y si hubiera una entidad que de pronto económicamente nos pudiera ayudar, también sería muy bueno”.
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