Como sombría y oscura califican los propietarios de restaurantes y bares su situación por el prolongado cierre de sus negocios y la imposibilidad de abrirlos al público. Otro de los graves problemas que deben afrontar son los exagerados cobros de los servicios públicos, a pesar de llevar tres meses cerrados.
En otros casos les ha llegado facturación doble y esperan que el error sea subsanado por parte de las empresas de servicios públicos.
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El objetivo inmediato es reunirse con el gobierno local para buscar una fórmula que les permita la reapertura de sus negocios.
Si las condiciones no mejoran, muchos de ellos deberán cerrar para siempre sus comercios, con la afectación de centenares de personas cuya actividad laboral dependen de manera directa o indirecta.
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