Sin oxígeno, a punto de tirar la toalla, están los dueños de gimnasios de Bucaramanga y el área metropolitana, por el prolongado cierre de sus negocios. La solicitud es unánime: que los dejen trabajar, pues ya cumplen con los requisitos de bioseguridad, y la situación es cada día más crítica y no aguantan más.
Del Fitness dependen centenares de familias de manera directa, además de la cadena de actividades relacionadas con la nutrición, alimentación y bienestar de quienes son amantes de los hábitos y estilos de vida saludables.
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Por su parte, el alcalde de la capital santandereana, Juan Carlos Cárdenas, señaló a los propietarios de los centros de acondicionamiento físico que es un momento diferente y hay que pensar diferente.
“De parte del alcalde está toda la voluntad política por reactivarnos económicamente, pero tenemos que hacerlo de una manera muy responsable, ordenada y gradual para no poner en riesgo la vida de los bumangueses. Cuando he mencionado que vayamos a los parques, hay que ser creativos y mirar cuáles actividades podemos realizar. No podemos estar en espacios cerrados”, expresó Cárdenas.
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Este es una propuesta que se construye con el apoyo de los ciudadanos y con protocolos de bioseguridad serios y rigurosos se puede concretar. Las decisiones se enmarcan en una línea correcta y se brindan oportunidades para todos.
“Voy a seguir avanzando con el Ministro de Salud, con la Ministra del Interior y el Gobierno Nacional para que la ciudad siga siendo ejemplo en la disciplina social y poder reactivarnos económicamente”, agregó el burgomaestre.
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