El partido de la vida para el único santandereano que jugó un campeonato mundial de fútbol, vistiendo los colores de la selección Colombia, finalizó. Cuca Aceros descansa en paz, luego de haber luchado 21 días contra una afección pulmonar que le ganó la partida.
Sencillo, dicharachero, buen amigo, excelente conversador y enamorado de la tierrita, podría ser la mejor descripción de Herman Aceros Bueno, recogiendo los conceptos de sus allegados, amigos y vecinos, esos que lo conocieron y compartieron con él en las buenas y en las malas.
“Cuca” tuvo una carrera exitosa en el Fútbol Profesional Colombiano, desde su amado Atlético Bucaramanga, pasando por Millonarios, Deportivo Cali, Deportivo Independiente Medellín, Pereira, Real Cartagena y llegando a la selección Colombia que jugó el campeonato mundial de Chile en 1962, donde marcó un tremendo golazo en ese recordado partido ante la poderosa máquina rusa, comandada por Lev Yashin, el primero de los cuatro tantos cafeteros.
Como entrenador, el profe Herman estuvo en el banquillo del Atlético Bucaramanga en 1984, según los especialistas, una de las mejores nóminas del plantel leopardo, por su fútbol, por su manera de afrontar el juego y por la calidad de sus piezas. Entre otros, la integraban, José Valoyes, Humberto Mendoza, Alexander Churio, Luis Alberto Landaburo, Óscar Muñoz, Janio Cabezas, “Pitula” Hernández, “Chonto” Herrera, Alfredo “Pirata” Ferrer, Juan Carlos “El Nene” Díaz y Miguel Oswaldo González.
Pero además estaban jugadores como Américo “El Niño” Quiñónez y Héctor Ramón Sosa; Cuca fue quien puso a jugar a las promesas de ese momento en el fútbol santandereano, Zabulón Ruíz, los hermanos García, William Ruiz, Fabio Niño, Álex Churio, Domingo Alarcón, Chucho Suárez, Martín Peluffo, su hijo Gustavo Aceros, entre otros, y algunos que, aunque no son santandereanos de nacimiento, crecieron y se formaron futbolísticamente aquí, como Adolfo Holguín y Orlando “El Pony” Maturana.
El “Cuca “ también dirigió el Cúcuta Deportivo, El Deportivo Independiente Medellín y el Deportivo Táchira, donde dejo una gran huella. El país futbolero recuerda a don Herman Aceros como uno de esos talentos nacidos en la fecha equivocada, pues su exquisito fútbol, su trato de pelota y su manera desparpajada de jugar, en otros calendarios, lo hubieran hecho estrella mundial.
Gracias profe por los ratos de fútbol, por enseñarnos a querer primero a la tierra y a sus equipos, a hablar franco y sin tapujos y a llevar el fútbol en las venas… Descansa en paz…
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