Dicen que un amigo es un familiar que uno mismo elige, un ser con el que se comparten momentos gratos y tristes, un confidente que pasa a ser parte de nuestras vidas. Reinado Da Silva, fue uno de esos compañeros de entraña para “Cuca” Aceros, una amistad que se gestó gracias al fútbol en la década de los 60’s.
Da Silva tuvo la oportunidad de compartir los últimos momentos de vida de su gran amigo “Cuca” Aceros y, aunque este, no podía responderle a las muestras de cariño, quedará la satisfacción de haberle expresado al oído, ese inmenso amor y agradecimiento por una amistad que forjaron durante años.
Recuerdos, anécdotas, y tantas experiencias, permanecerán en el libro de la vida de dos amigos que incluso, como jugadores profesionales, se divertían como niños haciendo pilatunas, en una época dorada que nunca volverá.
Dicen que los homenajes se deben hacer en vida, algo que para su hermano y amigo, debió hacerse anteriormente con el “coloso de la 14”, ese estadio que reclama a gritos llevar el nombre del que ha sido sin duda, el jugador santandereano más importante de todos los tiempos.
Se va el mejor de la región, pero quedarán sus recuerdos, sus gestas y, ante todo, el legado para todos aquellos que compartieron con él parte de su vida. Esos amigos como Reinaldo da Silva, que hoy, y con el corazón desgarrado, le dan el último adiós al gran “Cuca”.
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