Familiares y amigos le dieron el último adiós a Herman “El Cuca” Aceros, en medio de ese inmenso cariño, respeto y admiración que lo suyos guardaban por él.
Hasta el último de sus días, “Cuca” Aceros demostró ser una persona amada y admirada por sus seres queridos, esos que con profunda nostalgia, despidieron no solo al emblemático jugador santandereano, sino también, a quien fuera padre, hermano, tío y abuelo en un seno familiar, que lo recordará por siempre.
En su féretro reposaban las banderas de Colombia y del Atlético Bucaramanga, como un homenaje para recordar siempre a quien por décadas, les brindó momentos de satisfacción y de orgullo, gracias a una nutrida historia que quedará en el corazón de todos sus seres amados.
Se va el gran “Cuca”, dejando como principal herencia esos momentos de gloria, de enseñanzas y de tantos recuerdos que quedarán grabados en el corazón de quienes compartieron en la intimidad con su ser querido, ese que desde el reino celestial, seguirá velando y cuidando por todos los suyos.
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