Un para-atleta de Bucaramanga ha tenido la muerte cerca en dos oportunidades. Primero, quedó en una silla de ruedas por culpa de una bala perdida que lo impactó a la media noche de un 31 de diciembre.
Y por segunda vez se salvó cuando se quemó su vivienda en un asentamiento del norte de la ciudad. Esta es la historia de vida de un hombre que ha sido rechazado por la muerte.
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