Desde 2004 los habitantes de la Mesa de Los Santos se han visto afectados por los olores ofensivos que genera la planta avícola Capri, ubicada cerca de varios centros vacacionales y recreativos de la zona.
A pesar de las reiteradas quejas, derechos de petición y plantones, la pestilencia aún se expande de manera permanente y preocupante por varias veredas. A continuación, el informe sobre esta situación preparado por nuestro periodista Carlos Fernando Nieto.
La preocupación y el desespero de los habitantes de la zona han llegado a tal extremo que muchos no pueden salir de sus viviendas debido a los olores pestilentes que invaden sus propiedades.
Pero no son solo los vecinos de la planta los afectados. Pobladores de varias veredas, algunas a más de 10 kilómetros del lugar, son impactados por el problema ambiental.
El Esquema de Ordenamiento Territorial de la Mesa le permitió a la empresa explotar la actividad avícola en ocho galpones, que albergaban 268 mil gallinas. Sin embargo, entre 2004 y 2011 se fueron ampliando y pasaron de 8 a 20 galpones y la cantidad de aves llegó a superar el millón. Desde esa época los malos olores se multiplicaron haciéndose cada vez más difíciles de soportar.
Oro Noticias intentó comunicarse con el propietario o con los administradores de la granja, pero no fue posible.
La comunidad aclaró que no se está buscando que la empresa cierre sus puertas o cese su actividad, sino, que cumpla con las normas ambientales y ponga freno a los malos olores para acabar con un problema tan delicado y preocupante, en uno de los sitios turísticos más bellos y agradables de Santander.
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