La época vacacional es el momento propicio para que las nuevas generaciones del fútbol colombiano demuestren sus capacidades en un campo de juego. Incluso, el Mundialito, se convierte en una motivación para los jugadores, técnicos y padres de familia, quienes aguardan con ansiedad el inicio del torneo.
Para los quienes que harán parte del Mundialito, el campeonato es una estimulación, en la que los equipos podrán demostrar sus habilidades, con la ilusión de levantar el codiciado trofeo, un sueño que comienza a alimentase en estos pequeños gigantes del balompié nacional.
Será una verdadera fiesta colombiano con sello santandereano, gracias a un certamen que se ha ido convirtiendo en uno de los más relevantes del país.
Y qué decir de los padres de familia, esos mentores que son el impulso de sus hijos, con quienes esperan festejar cada uno de los instantes que se vivirán entre el 10 y el 16 de diciembre.
Emociones, talento, capacidad y, ante todo, goles de muchas facturas, engalanarán la segunda edición del Mundialito de fútbol, un torneo hecho en Santander para el mundo.
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