Un litro de aceite contamina mil litros de agua y si es arrojado en cañerías, las obstruye y crea microorganismos que generan malos olores.
Por tal motivo, la Alcaldía de Bucaramanga y el Área Metropolitana iniciaron una campaña para recolectar aceite quemado en negocios y viviendas.
El objetivo es que las personas lleguen hasta los puntos de recolección y depositen los aceites en los contenedores, ayudando de esta manera a la preservación de fuentes hídricas y el medio ambiente.
Por ahora es un programa piloto por dos meses, pero la idea es que se convierta en una política de la administración para cuidar la naturaleza y evitar la contaminación.
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