La siguiente historia refleja las graves consecuencias que puede generar el bulliyng en los colegios. Joel desde hace 10 años perdió la movilidad de sus piernas a raíz de una golpiza que le dieron sus compañeros de clase. Desde entonces vive en medio de la tristeza y la rabia, anhela cicatrizar su corazón, pero sobre todo terminar una carrera profesional.
Desde hace 8 años, Joel Alejandro Uribe Reyes está postrado en una cama y, aunque parezca increíble, fueron sus compañeros de clase quienes lo dejaron en esa condición.
Para el 2010 Joel tenía 10 años, cursaba quinto grado, era el más alto de la clase, pero el más tímido y retraído, situación de la que se aprovecharon sus amigos para hacerle bullying.
Fue el primer día de junio cuando se rebozó la copa y Joel fue víctima de una brutal golpiza por parte de quienes consideraba sus amigos. Los hechos sucedieron junto a la cancha del Colegio Tecnológico de Bucaramanga.
Joel como pudo se levantó y caminó hasta su casa. Estuvo durante varias horas acostado en su cama, pero al día siguiente, una parte de su cuerpo no le funcionaba.
Su madre lo llevó a la clínica, en donde les confirmaron la noticia que nunca hubieran querido escuchar: Joel había perdido la movilidad en sus piernas.
Desde entonces María Rosalba ha librado una intensa batalla para lograr que se haga justicia. Sin embargo, nada ha pasado durante toda una década. Ni la policía, ni alguna autoridad le ha respondido por lo que le sucedió a Joel.
De los agresores del joven nada se volvió a saber. Él se desconectó por completo del mundo real y, aunque ya ha pasado una década, mantiene intacto ese sentimiento –casi que de odio- por quienes un día acabaron con su niñez y su juventud.
Solo conserva una amistad, uno de sus compañeros de clase de ese 2010 lo visita frecuentemente, y aunque en ese momento no pudo hacer nada por Joel, asegura que fue una gran lección de vida que le dejó una postura clara frente a ese fenómeno llamado ‘bullying’.
Joel, quien cumplirá 18 años el 21 de diciembre, actualmente está validando el bachillerato de manera virtual, pasa buena parte de sus días entre los videojuegos y las películas. Su anhelo es estudiar diseño gráfico o dibujo, y aunque sabe que no podrá caminar, sueña con el día en que por lo menos pueda ser un poco más independiente y, sobretodo, dejar de sentir ese resentimiento tan grande que guarda en su corazón.
Lea también: Intoxicadas por reto del acetaminofén
