Alegría, belleza y espontaneidad, son características con las que deslumbra Clarita, una madre taxista quien desde hace cuatro años realiza esta labor con dedicación y amor. Una labor que la ha enseñado a ser valiente, luchadora y aguerrida. Por sus múltiples virtudes, Clarita no es una trabajadora más… es una líder del gremio amarillo y un ejemplo de superación para sus hijas.
“hace cuatro años empecé, tuve un accidente en moto y dije, no, esto es muy riesgoso para mí y decidí manejar taxi”, manifestó Luz Clarita Rodríguez.
Aunque al principio fue duro, ella aprendió a amar su trabajo.
“me gusta mi trabajo. Al principio fue terrible no sabía manejar bien, no encontraba los cambios, no era capaz de echar reversa, me pasaban unos osos”, dijo Clarita.
Clarita es una tesa. Y aunque hace bien su trabajo, algunos miembros del gremio amarillo no comparten la idea de que haya mujeres al volante. Y es obvio, porque la dulzura y la empatía de una madre, sirviendo a las personas, no se compara con nada. Y, además, le otorga una ventaja que muchos de sus colegas envidian.
“se siente uno mal de ver que lo alejan a uno un poco de este gremio. Pero nosotras atendemos muy bien al cliente. Una vez un señor dijo, ustedes las mujeres dan una imagen de un excelente cambio, de una excelente atención porque uno tiene el gusto de ponerse a hablar con ustedes y sin faltar al respeto dijo al cliente…”, manifestó entre risas la madre taxista.
Clarita tiene un horario fijo: sale a las 5:00 de la mañana y regresa sobre las 10:00 de la noche a su hogar, aunque los fines de semana labora hasta a la madrugada. Pero nada de eso hace que pierda su esencia de mujer, pues sus uñas tan perfectamente maquilladas, su vestimenta impecable, y quien lo creyera, sus tacones siete y medio hacen de clarita una mamá y una taxista hermosa.
Aunque sus hijas ya están grandes, cuando le preguntamos por ellas, nos habló con mucho amor… ese que solo puede brindar una madre.
“mis hijas ya están grandes, la más pequeñita tiene 21 años. Yo comparto con mis hijas el día domingo, más en horas de la mañana. Mis hijas dicen que se sienten orgullosas de mí, aunque a veces con la forma de expresarse me hacen llorar, pero bueno…”
El legado para sus hijas está claro. Una de ellas es madre soltera, como lo fue ella hace algún tiempo, y aunque fue duro en un comienzo sus ganas, su berraquera y su fuerza interior la convirtieron en una mujer guerrera, capaz de salir adelante, llena de valor, y desbordando dulzura.
“si se cerró una puerta se abren 10. No dejarse afligir por las cosas, seguir adelante por un futuro. Mi diosito nunca lo deja a uno solo, yo soy muy devota de la virgen de guadalupe y les inculco a mis hijas eso… Aferrase a papito dios y a la virgencita de Guadalupe”, concluyó nuestra madre Clarita.
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