El entierro de la joven de 16 años, que fue asesinada el pasado fin de semana en el puente de Los Caneyes, transcurría de manera normal en la basílica menor de Girón, hasta que la osada mujer que le habría quitado la vida a la menor, apareció en la iglesia, al parecer para pedir perdón por el crimen cometido.
Su presencia provocó la ira de las amigas de la víctima, quienes no dudaron en cobrar venganza.
Habitantes del municipio de Girón lamentaron que los templos sean usados como escenario para agresiones y riñas como la que allí se presentó.
La presunta homicida había sido dejada en libertad, pero se mantenía vinculada al proceso judicial que se adelanta en su contra, en espera de ser llamada a juicio.
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