La marihuana tipo cripy se encontraba en una caja de cartón que no estaba rotulada, pero que fue introducida junto con el equipaje de quienes se desplazaban por esa ruta.
La situación despertó la sospecha de los uniformados, al comprobar que ninguno se hizo responsable del paquete.
Ante la negativa de los viajeros por señalar al posible propietario del material ilegal, la policía decidió inmovilizar el bus, hasta que pudo comprobar con Bogotá a quién pertenecía la que tenía apariencia de ser una narco encomienda.
Las cámaras de seguridad del terminal de Bogotá delataron al hombre, que en entrevista privada a los 38 pasajeros, realizada en San Gil, negó ser el propietario de la caja.
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