En medio de la vía, convertida en trocha, don Joaquín un vendedor de helados muy conocido en el sector, ofrecía sus paletas para calmar la sed de quienes tuvieron que realizar largas caminatas, lo que se convirtió en una oportunidad para entender mejor la magnitud de lo sucedido.
“Lamentando este invierno que vea como dejó esta vía totalmente desbaratada y la gente caminando a pie por estos piedrones que se cayeron. Aquí llegué a las 9:00 de la mañana y ha estado bien la venta, la gente bajando pues triste porque vienen desde Pescadero a pie”, relató a Oro Noticias don Joaquín García, vendedor de helados en la vía destruida de San Gil – Bucaramanga.
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Personas que venían de Bogotá y de otras ciudades de Colombia, quedaron atrapadas entre Curos y Piedecuesta. Algunos motociclistas se ofrecían para trasladarlos hasta boquerón, pero se aprovechaban de la situación para cobrar el servicio a precios exagerados.
“Unos también se aprovechan de la gente a cobrarles demasiado a las personas, y yo pues baje a prestar un servicio, he hecho dos carreritas pero la verdad lo que pasó es algo terrible. Hay mototaxistas que han cobrado hasta 20 mil pesos, pero bueno la gente de todas maneras paga su servicio, los que tiene platica pues lo pagan de todas maneras necesitan que los transporten a la parte más cerca”, señaló José David Carvajal un transportador de Pescadero.
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Otros esperaban la llegada de los frustrados viajeros en Boquerón, para ofrecerles transportar sus maletas hasta la entrada de Piedecuesta.
“Desde las 5:00 de la mañana estoy pasando maletas. Mi motivación es ayudar a la gente y uno también ayudarse, porque uno también necesita”, dijo Oscar Gonzalez, transportador de maletas.
Entre tanto, se anunció que se están recibiendo ayudas para los damnificados en la iglesia del Perpetuo Socorro y en la casa de la cultura ubicada en el barrio San Rafael.
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