Los gimnasios del área metropolitana vienen adelantando los protocolos de bioseguridad para su reapertura.
Aunque se mantienen a la espera de que se avale el proyecto, tienen como fecha tentativa el mes de agosto ofrecer de nuevo sus servicios.
Señalizaciones en varios puntos estratégicos del espacio, y agendamiento de los usuarios para que asistan durante una hora cuando les corresponda su pico y cédula, serían algunas de las condiciones para volver abrir estos establecimientos.
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Las trotadoras, los salones y las clases grupales quedarán suspendidas por el alto impacto que podrían generar en los usuarios.
Además, muchos gimnasios tendrán que reducir sus aforos en un 50% de la capacidad con que venían trabajando.
Desde ya se vienen adelantando capacitaciones para vincular el personal y enfrentar esta nueva etapa que se avecina.
La implementación de estos protocolos está presupuestada en cerca de un millón quinientos mil pesos, dependiendo el área que utilizan.
Para los clientes será obligatorio el uso del tapabocas, toalla personal y el sometimiento a un cambio cultural dentro del establecimiento.
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