En un mensaje publicado en su cuenta de X, el presidente Gustavo Petro confirmó la aceptación de la renuncia de la canciller Laura Sarabia, una de las figuras más cercanas a su círculo de confianza y quien jugó un papel clave durante su campaña presidencial.
Petro agradeció públicamente el trabajo de Sarabia y destacó su rol durante la contienda electoral. “Fue vital en la campaña por su orden y disciplina; estuvo siempre firme en el equipo de acción al que pertenecía: yo como orador y candidato, ella como hormiguita organizadora”, escribió el mandatario.
No obstante, el jefe de Estado acompañó su despedida con un mensaje cargado de simbolismo, en el que pareció lanzar una crítica velada a Sarabia: “Hay que poner el corazón en los más pobres, en lo justo, nunca dejarse conquistar por la codicia. La codicia es la enemiga de la revolución y de la vida”, afirmó, sin precisar si el comentario respondía a una razón específica de su salida.
Sarabia, por su parte, presentó una extensa carta dirigida al presidente, en la que expresó su gratitud, compromiso y lealtad durante los años de trabajo al lado del líder del Pacto Histórico. Hasta el momento no se han dado a conocer los motivos exactos de su renuncia.
La salida de Sarabia genera además un remezón en el gabinete, justo cuando la Ley de Cuotas exige paridad de género. Actualmente, con el nombramiento de Eduardo Montealegre como nuevo ministro de Justicia —en reemplazo de Ángela María Buitrago— el equilibrio se rompe con una proporción de 10 hombres frente a 9 mujeres. Por esta razón, se espera que la Cancillería sea ocupada nuevamente por una mujer para restablecer la equidad.
Sin embargo, entre los nombres que suenan con fuerza para reemplazar a Sarabia están dos hombres cercanos al presidente: Alfredo Saade, actual jefe de despacho y quien se reunió con Petro la mañana en que se conoció la carta de renuncia; y Luis Ernesto Vargas, embajador de Colombia ante la OEA, con amplia experiencia en temas internacionales.