La actualización del valor de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) para 2026 —clave para financiar la atención en salud de cada colombiano— será revisada el próximo 30 de julio por distintos actores del sistema. El objetivo es acordar un ajuste técnico, participativo y sostenible, ante una crisis que pone en riesgo la calidad y oportunidad de los servicios para millones de ciudadanos.
La Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación y Desarrollo (Afidro) advirtió que el actual cálculo de la UPC es insuficiente y no refleja las verdaderas necesidades del sistema. “No se trata solo de incrementar el valor, sino de garantizar un cálculo técnico, trazable y con consenso. La UPC actual no cubre los costos reales”, afirmó Ignacio Gaitán, presidente de Afidro, quien insistió en la urgencia de encontrar nuevas fuentes de financiación.
Las cifras preocupan. Según la Contraloría General, las peticiones, quejas y reclamos (PQR) en salud pasaron de 1,3 millones en 2023 a 1,6 millones en 2024, un aumento del 23 %. A esto se suma el informe de la organización Retorno Vital, que reportó demoras de hasta 250 días para la entrega de medicamentos y hasta tres meses para una cita médica.
El gremio farmacéutico también enfrenta impactos. Afidro estima que la cartera total de sus afiliados alcanzó los 4,6 billones de pesos al cierre de 2024, una situación que afecta el acceso a tratamientos, compromete la operación de actores clave y pone en entredicho la sostenibilidad del sistema.
Frente a este panorama, Afidro propone una serie de medidas para fortalecer el modelo de salud:
- Mesas técnicas de diálogo con el Gobierno, aseguradoras, prestadores y expertos.
- Modernización del cálculo de la UPC, considerando la demanda creciente, cambios epidemiológicos y envejecimiento poblacional.
- Mayor transparencia financiera y trazabilidad en el uso de los recursos.
- Exploración de nuevas fuentes de financiación, como bonos de impacto social, seguros inclusivos y regalías.
- Compromiso colectivo para reducir ineficiencias y mejorar la calidad del gasto.
“La solución no puede ser solo técnica: requiere voluntad política y un enfoque colaborativo con el paciente en el centro”, concluyó Gaitán.