A pocas horas de la Noche de Velitas, un nuevo caso de quemados por pólvora encendió las alarmas en Santander. Un adolescente de 13 años resultó herido en Piedecuesta luego de que un artefacto tipo tote le explotara cerca del rostro mientras lo manipulaba sin supervisión.

El menor fue trasladado a un centro asistencial del municipio, donde recibió atención médica. El parte preliminar señaló una lesión en su ojo izquierdo y quemaduras en uno de sus dedos. Los especialistas adelantaron exámenes para determinar el compromiso ocular y definir si requeriría una intervención adicional.

El secretario de Salud de Santander, Edwin Antonio Prada Ramírez, hizo un llamado urgente a los padres de familia para evitar que los menores accedieran a la pólvora. “Es imposible poner un policía en cada punto. La responsabilidad recae sobre los padres, que son los acudientes de los menores. Los alcaldes deben decretar las prohibiciones necesarias”, indicó.

Este caso se sumó a otras dos emergencias registradas recientemente en el departamento. En Bucaramanga, un adolescente de 16 años resultó lesionado con laceraciones en el rostro y afectación ocular tras la explosión de un tote. En Piedecuesta, otro menor sufrió una lesión directa en su ojo izquierdo por un mini volador. Además, en zona rural de Suaita, un hombre de 36 años perdió parte de un dedo luego de que un tote explotara en su mano.

Las autoridades de salud y los entes territoriales reiteraron el llamado a impedir que niños y adolescentes manipularan pólvora, considerada altamente peligrosa incluso en presentaciones de bajo impacto. Desde la Gobernación de Santander y las alcaldías del área metropolitana se anunciaron operativos de control, decomiso y campañas de sensibilización para prevenir más emergencias durante la temporada decembrina.