Por: Juan Jacobo Lozano
Bucaramanga, 15 de agosto del 2018. -A la 1:30 de la madrugada del pasado martes, un humilde zapatero salió de su casa en el barrio Divino Niño porque sentía que la tierra se estaba moviendo, el fuertes aguacero que caían a esa hora sobre Bucaramanga no le dio tiempo de sacar ningún objeto de su vivienda. En instantes, esta se vino al piso.
Otras dos casas también se encuentran en estado de riesgo, y no se descarta que cuando se presente otro aguacero, las tablas y los muros podrían colapsar.
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Los habitantes del barrio Divino Niño aseguran que, hasta el momento, las autoridades no les han ofrecido ninguna solución al grave problema que afrontan.
Las familias que perdieron sus casas están durmiendo en el salón comunal del barrio y no saben cuándo podrán volver a levantar sus viviendas, por las que, aseguran, han tenido que trabajar durante toda su vida.