Cientos de pequeños fabricantes de calzado del área metropolitana han tenido que cerrar sus negocios y empezar a vender la maquinaria, para poder sobrevivir. Manifiestan con preocupación que no han recibido apoyo real por parte del gobierno.
Las maquinas están arrumadas, desconectadas de la producción y llenándose de polvo. Así como ellas están sus propietarios, sin trabajo para salir adelante.
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Muchos de ellos debieron cerrar sus negocios, entregar los locales y tratar de vender lo poco que les quedaba para sobrevivir.
La situación es compleja y más grave de lo que se cree. Son cerca de 4 mil 500 fábricas en el área metropolitana y solo el 10 por ciento inició labores. El resto no pudo, en parte porque las cacareadas ayudas y medidas del gobierno se quedaron en solo anuncios.
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