Por: Luis Gabriel ‘Coco’ Gómez
Bucaramanga, 19 de agosto del 2018
El Atlético Bucaramanga Freska Leche volvió a desilusionar a sus aficionados, tras la segunda derrota consecutiva en su estadio, esta vez, ante el campeón reinante, el Deportes Tolima, que con un juego táctico y práctico a la hora de enfrentar a su rival, esperando y contragolpeando con velocidad y certeza, jugando por los costados y cobrando los yerros del onceno leopardo, se llevó los tres puntos de la ‘ciudad bonita’ con un 0x2 contundente.
Bucaramanga jugó unos primeros minutos interesantes, con vértigo por momentos, abriendo la cancha, iniciando por un costado y finalizando por el contrario, pero una vez más la finalización le falló y los minutos fueron corriendo para dar paso al desconcierto y la desesperación en la tribuna, esta vez, escasa de público debido a la fuerte lluvia que cayó sobre la capital santandereana.
Al Bucaramanga nada le sale bien. Todos intentan hacer lo suyo, algunos más que otros, es evidente desde la tribuna, pero las cosas no se dan. Y peor aún, aquellos que sacan la cara terminan siendo los villanos del paseo, como le sucedió al golero James Aguirre, quien hacia un partido bastante aceptable y cometió un grosero error que le dejó la pelota a Marco Pérez para que al minuto 39 de la inicial abriera el marcador. Injusto por donde se le mire, pero así es el juego.
El técnico Hoyos se reiteró en los cambios equivocados; haber sacado a ‘Cachetes’ Torres para incluir a John Pérez, desbalanceó el equipo auriverde, le quitó agresividad en recuperación y le abrió espacios a los atacantes tolimenses, quienes supieron leer el partido a través de su técnico Alberto Gamero para mantener la manija del juego que les permitió controlar la pelota y fabricar las acciones de gol.
Carlos Mario quiso componer su error sacando a Maxi Núñez por Mojica, pero ya el daño estaba hecho. Pérez no jugaba bien (Incluso perdió una pelota que pudo ser gol tolimense en contragolpe), Sherman intentó por ambos costados pero no encontró el camino, Rovira tuvo que multiplicarse para tratar de recuperar el balón, pero no lo encontraba y a Rangel nada que se le abre el arco, solo por nombrar algunos de los males.
Le puede interesar: http://oronoticias.tv/jonathan-caicedo-gana-la-vuelta-a-colombia/
Cuando el equipo apeló a su amor propio, el poco que le queda, Luis Paz ganó la espalda de Fabio Rodríguez, quien jugó un partido para el olvido, metió el centro a media altura y encontró el cabezazo certero de Marco Pérez, quien le ganó la posición a González para cambiarle la trayectoria al esférico y desubicar a Aguirre, que nada pudo hacer.
Bucaramanga está como la canción de Fruko & sus Tesos, confundido, no se sabe a qué juega, no tiene norte futbolístico, reflejo de la ingobernabilidad que vive en su interior, desde cabeza hasta sus funcionarios.