La tarde y noche del miércoles 24 de septiembre quedarán en la memoria de los bumangueses. Dos fuertes temblores, con magnitudes de 6.4 y 7.2, estremecieron la capital santandereana y generaron temor entre la ciudadanía, aunque finalmente no se registraron afectaciones graves.
Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), los movimientos telúricos ocurrieron a las 5:21 p.m. y a las 10:55 p.m., y se sintieron en varias regiones del país, incluyendo los santanderes y la Costa Caribe. El epicentro, sin embargo, no estuvo en Colombia, sino en territorio venezolano, donde la situación fue aún más crítica.
Protocolo de emergencia en Bucaramanga
Ante la magnitud de los sismos, el alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán Martínez, activó el protocolo de máxima atención con las autoridades de socorro. “Tras los sismos de las últimas horas en la región andina colombiana, en Bucaramanga iniciamos protocolo de máxima atención de todas las autoridades y cuerpos de socorro ante cualquier emergencia. Pedimos a la ciudadanía mantener la calma. Que Dios bendiga a Bucaramanga”, expresó el mandatario en su cuenta oficial de X.
En la ciudad, pese al susto y a algunos episodios de pánico en establecimientos comerciales y viviendas, no se registraron heridos ni daños estructurales de consideración.
El país sísmico que no deja de temblar
El SGC recordó que en Colombia se registran alrededor de 12.000 sismos al año, la mayoría imperceptibles para la población. Sin embargo, los del miércoles generaron especial alarma debido a su intensidad y duración.
El caos en Venezuela
Mientras tanto, en Venezuela la situación fue más delicada. En cuestión de horas se reportaron 10 temblores y 21 réplicas, siendo el más fuerte el de 7.2 ocurrido a las 10:55 p.m. (hora colombiana), que estremeció al Zulia y se sintió en Caracas y varias ciudades fronterizas.
Los departamentos de Santander y Norte de Santander, por su cercanía geográfica, fueron los más afectados en Colombia por la intensidad de los movimientos. Videos de cámaras de seguridad en locales comerciales y viviendas evidenciaron el pánico de las personas, así como la magnitud de los temblores que en algunos casos provocaron caída de mercancías y objetos.
A pesar de la alarma, las autoridades de ambos países confirmaron que no se registraron pérdidas humanas ni daños estructurales de gran magnitud.