Cristóbal Zamora es uno de los miles de colombianos que ha sido víctima del conflicto armado. Debió huir desde El Charco, en Nariño, hace más de una década para salvar su vida, luego de un atentado que lo dejó sin una de sus piernas.
“Yo me sentía frustrado al perder la pierna porque iba a ser una carga para mi familia, pero gracias a Dios salí adelante ya que tuve ciertas amenazas porque pensaban que era guerrillero y llegar hasta aquí ha sido algo muy grande porque prácticamente estaba más del otro lado que de este”, narró Cristóbal Zamora.
Llegó a Santander y recibió apoyo de deportistas como Moisés Fuentes para practicar el deporte que lo apasiona: el ciclismo.
Pero como no tenía ningún apoyo para lograr sus sueños de ser campeón, debió vender su prótesis y así comprar su bicicleta.
El año pasado compitió por Santander en los juegos deportivos Paranacionales en Cartagena, en donde se alzó con dos medallas. El espera que el Gobierno lo ayude a entrenar o lo apoye para poder darle una vivienda digna a su pequeña hija, que anhela seguir los pasos de su padre.
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Ahora vive del apoyo que le brindan en la fundación y no pierde las esperanzas de salir adelante gracias al ciclismo, deporte que lo rescató de las garras de la violencia.
