Desde hace 4 años los residentes del barrio Junín de Piedecuesta no tienen tranquilidad los fines de semana, debido al exceso de ruido que generan locales aledaños a la estación de Metrolínea.
La comunidad pide a las autoridades hacer cumplir las normas de insonorización.
Según los vecinos el ruido generado los fines de semana por las tabernas y locales no les permite conciliar el sueño y tampoco pueden vender sus viviendas, porque nadie quiere vivir en un ambiente de ruido excesivo.
Por su parte las autoridades hacen presencia con operativos permanentes en el sector para controlar, no solo el ruido, también que se cumplan las normas de espacio público y seguridad.
La comunidad exige más controles y que se aplique con rigurosidad las normas del Código de Policía o que insonoricen los locales o los cierren definitivamente.
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