En Tibú, el municipio donde inicia el Catatumbo nortesantandereano, contrastan sus atractivos naturales con los numerosos hechos violentos generados por la presencia de grupos al margen de la ley que, según estadísticas, deja cada semana, en promedio, dos personas asesinadas.
Durante esta época electoral la situación se ha agravado en Tibú, al punto que uno de los candidatos a la alcaldía, Bernardo Betancurt, fue asesinado el mes pasado.
La esposa del candidato, quien siguió liderando el movimiento político y aspira en ser la próxima alcaldesa, ha continuado recibiendo amenazas.
El municipio está prácticamente militarizado. Hay presencia de uniformados del ejército en diferentes puntos estratégicos, una situación que genera tensión en los habitantes, sobre todo cuando las elecciones están a la vuelta de la esquina.
Actualmente en Tibú hay 70 policías y, según el alcalde, llegarán 200 más en el transcurso de esta semana por orden de la Ministra del Interior quien la semana pasada anunció allí los esquemas especiales que se implementarán con motivo de las elecciones territoriales.
