Los Juegos Supérate Intercolegiados se han convertido en una vitrina para el deporte élite en el país y uno de los deportes con mayor crecimiento ha sido el fútbol, una disciplina que definitivamente causa furor en cientos de niñas que desde las aulas sueñan con llegar al balompié profesional.
Una buena charla motivacional es la cuota inicial para estas guerreras antes de salir al campo de juego. El camerino se convierte en ese recinto sagrado en el que empiezan a construir su propósito: lograr un título para su institución en los Juegos Supérate. Su gran pasión, el fútbol, ese deporte que despierta emociones y que en un principio se creía era solo para hombres, pero que con el transcurrir del tiempo es hoy la gran opción de cientos de chicas que sueñan con llegar al fútbol profesional.
Casos como el de Natalia Yeats se ven frecuentemente en estas justas deportivas, una norteamericana hija de padres santandereanos y estudiante del Colegio Panamericano de Floridablanca, una talentosa joven que dejó su país y ahora ve en el fútbol un estilo de vida, una pasión en la que se habla un solo lenguaje.
Por fortuna para ella, ese propósito es apoyado por los padres de familia, quienes ahora interactúan sin temor con sus hijas acerca del interés de jugar al fútbol.
Definitivamente el fútbol es un deporte que despierta pasiones, es una forma de vida que se puede ver reflejada en los Juegos Supérate, una vitrina al éxito en un camino lleno de sueños para cientos de niñas que pretenden llegar al balompié profesional.
Lea también: Santander es protagonista en los Supérate