Tan solo dos meses tenía Emiliano, el bebé de dos meses, quien en medio de las bajas temparaturas en Silos, Norte de Santander, perdió su batalla contra el frío y murió.
Su madre Mariángel Coromoto Román Ramírez, de 18 años, caminaba por la vía junto a más familiares con el propósito de llegar a Cali, donde añoraban un futuro mejor.
Mariángel había llegado hasta un punto de la montaña cerca al sector La Laguna cuando se dio cuenta que el bebé tenía síntomas de ahogo y sangraba por la boca. Desesperada logró que un carro la llevara hasta un puesto de policías de carretera. Allí llamaron a una ambulancia que nunca llegó. De inmediato se llevaron a Emiliano hasta el hospital del pueblo de Silos, intentaron reanimarlo durante 20 minutos, pero no se pudo.
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Al parecer, el pequeño sufrió un paro respiratorio, según reportó Vanesa Peláez, a cargo de un albergue que brinda ayuda y alimentos a migrantes, cerca al lugar de la tragedia. La joven también viajaba con su otro niño pequeño de un año y medio que no fue identificado.
Peláez contó que la mujer había salido caminando de Pamplona en compañía de su familia, de la que hacen parte cinco adultos y cinco menores: dos adolescentes, un niño de un año y medio, una pequeña de cinco meses y el niño que murió. Emiliano había nacido el 16 de diciembre de 2019 en el hospital de Cúcuta. Pesó dos kilos 30 gramos y midió 48 centímetros.
El cuerpo sin vida del recién nacido se encuentra en el hospital de Pamplona. Los miembros de la Red Humanitaria —una agrupación de 12 organizaciones civiles que brinda asistencia a los migrantes— recolectaron donativos para ayudar a esta familia venezolana con la compra del cofre para sepultarlo.
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“Esta tragedia es una muestra de lo que le puede pasar a una familia venezolana cuando decide migrar caminando”, completó José Luis Muñoz, voluntario y vocero de la Red Humanitaria, quien pidió que el Gobierno nacional se una con los organismos de cooperación internacional para que definan las políticas humanitarias de movilidad en la frontera.
“Cuando los camioneros recogen a los migrantes, la Policía los multa y baja a los venezolanos obligándolos a caminar largos trayectos. Creen que haciéndole la vida imposible a los albergues y refugios la migración va a disminuir. Nada más falso”, denunció Muñoz.
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