Varias son las víctimas del conflicto armado en Colombia que han encontrado en el deporte paralímpico una opción de vida. Héroes de carne y hueso que pese a sus limitaciones físicas se convierten en todo un ejemplo para la sociedad.
Carlos Eduardo Obregón y Carlos Arturo Carreño pertenecen a la selección Santander de Rugby paralímpico. Estos dos santandereanos tienen varias cosas en común, pues además de ser apasionados por esta disciplina extrema, las armas de fuego infortunadamente marcaron parte de sus vidas en situaciones diferentes.
Carreño fue víctima del conflicto armado en Colombia, mientras que Obregón sufrió a los 10 años un disparo accidental que le propinó un amigo cuando manipulaba un arma.
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Pero las adversidades que la vida les antepuso a estos dos guerreros no ha sido impedimento para salir adelante, y encontraron en el rugby paralímpico una alternativa de vida, una pasión que los impulsa a ser el complemento en su trasegar cotidiano.
Estos dos atletas han contado con el respaldo de sus esposas, quienes han sido ese soporte anímico e incondicional a la hora de cumplir todos sus sueños.
Los tocayos se alistan, junto a otros nueve compañeros, para competir en el Torneo Nacional de Rugby Paralímpico, que se cumplirán en Pereira entre el 19 y el 25 de mayo próximos, evento que es clasificatorio a los juegos Paranacionales.
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No obstante, y como parte de la cruda realidad en el deporte, los recursos económicos son escasos y han tenido que competir con sillas de ruedas prestadas.
Sin duda, dos guerreros, dos ejemplos de vida y de constante superación en una sociedad facilista y acostumbrada a lamentarse por situaciones que no valen la pena. Por eso el reconocimiento para estos atletas paralímpicos, que día a día, se esmeran por dejar en alto el nombre de su familia y del departamento en los diferentes eventos del país.