Como Gilma Domínguez, cientos de personas anhelan ver algún día el puente que les mejoraría la calidad de vida a los habitantes del sector, y que cada día tienen que subir cientos de escaleras para poder llegar a la vía principal.
Quienes se ven afectados por la falta del puente se aferran a esta información difundida por la Gobernación de Santander en la que les anunciaban una inversión de mil 11 millones de pesos para la ejecución de la obra.
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Para la construcción del puente dos personas, dueñas de dos terrenos diferentes, tenían que firmar un permiso, en el que cedían un pedazo de sus tierras para la construcción de las bases de la estructura. Una de ellas ya lo hizo, pero la otra se ha negado a firmar el documento.
A causa de la demora, los vecinos denuncian que una persona llegó a invadir los terrenos que se tenían para construir una base del puente, lo que hace más difícil la posibilidad de que algún día la estructura se convierta en una realidad.
Por ahora, niños, jóvenes y ancianos seguirán recorriendo los escalones mientras gritan insisten una sola voz….