La tensa situación que se vivía entre comerciantes de la Plaza Central de Bucaramanga y algunos vendedores ambulantes y conductores de transporte ilegal, encontró una especie de ‘tiempo fuera’ después de que por acuerdos con la Policía Metropolitana se logró un encerramiento por la calle 34 con carrera 16.
Sin embargo, los comerciantes que ofrecen sus productos en los locales ubicados en el primer piso dicen que la medida les redujo la llegada de clientes.
Conversaciones con las autoridades respaldadas con una Acción Popular, lograron la instalación de las vallas que según la ciudadanía, han logrado despejar las vías de manera efectiva.
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Osvaldo Abril, consejero de la Plaza Central, afirma que la medida no solo ayuda a la movilidad sino también a la seguridad, pues los vendedores ambulantes invadieron la entrada y con ellos llegaron personas amigas de lo ajeno.
Y aunque la medida beneficiaría a mil 700 familias que encuentran sus sustento en este emblemático lugar, para quienes trabajan en los locales del primer piso el encerramiento les genera inconvenientes.
Pesando en las ventajas y desventajas, la administración del lugar retirará una o dos vallas para permitir el paso de más clientes.