Imágenes satelitales revelaron daños significativos en la montaña que alberga el complejo nuclear subterráneo de Fordow, en Irán, tras el bombardeo de Estados Unidos con seis bombas antibúnker GBU-75. La ladera cambió de color marrón a gris y muestra contornos alterados, indicios de explosiones masivas. También se observa humo flotando en el aire, mientras las entradas a los túneles habrían sido selladas por Irán antes del ataque.
El bombardeo, confirmado por la Organización de Energía Atómica de Irán, también afectó las instalaciones de Isfahan y Natanz. Aunque el gobierno iraní asegura que su programa nuclear continuará, la agresión elevó drásticamente las tensiones regionales. “Los principales complejos nucleares fueron completamente destruidos”, declaró el presidente Donald Trump, quien advirtió sobre nuevos ataques si hay represalias.
Teherán respondió lanzando 40 misiles contra Israel, incluido el proyectil Khorramshahr-4, capaz de portar varias ojivas. Un edificio en Tel Aviv sufrió daños estructurales y más de 80 personas resultaron heridas. Israel replicó con una ofensiva sobre objetivos militares en el oeste de Irán, mientras el portavoz del ejército afirmó que aún es pronto para saber si las reservas de uranio en Fordow fueron destruidas o sepultadas.
En medio de llamados internacionales a la contención, Irán denunció que Estados Unidos “ha iniciado una guerra peligrosa” y envió una delegación a Moscú para coordinar acciones con Rusia. El conflicto, que ya involucra a varios actores internacionales, amenaza con desatar una escalada aún mayor en Oriente Medio.