Esta es la historia de un joven de 16 años que perdió sus piernas luego de ser alcanzado por las llamas en Santa Rosa sur de Bolívar. La hermana del menor murió en el mismo accidente.
El adolescente tuvo hoy la primera consulta en el Hospital Universitario, en donde le construirán unas prótesis.
Alba Janeth Sánchez no puede contener las lágrimas al recordar aquel 13 de mayo de 2018, fecha en la que la tragedia tocó las puertas de su humilde finca ubicada en la vereda La Varita, en Santa Rosa sur de Bolívar.
Ese día, sus hijos de 16 y 6 años, se disponían a cargar la motosierra con gasolina, cuando al parecer, se prendió fuego y una chispa alcanzó la pimpina que contenía el combustible.
Los padres de los niños junto con Ejército Nacional, los llevaron al centro médico más cercano, que estaba ubicado a 6 horas de la finca.
A Alba, con el corazón embargado de la tristeza por la pérdida de su pequeña hija, le tocó viajar en helicóptero a Bucaramanga. Lo hizo con el Credo en la boca, porque su otro hijo, también estaba entre la vida y la muerte.
La desconsolada madre no tenía más opción que aferrarse a una fuerza divina y llenarse de esperanza para que su hijo pudiera vivir. Por fortuna, el joven diego se salvó.
Desde entonces han pasado 6 meses en los que el Hospital Universitario se convirtió en la nueva casa y la Quinta Brigada en la nueva familia; sin ellos, hoy la historia sería diferente.
A Diego le hicieron las pruebas para entregarle las prótesis que le permitirán volver a caminar.
No será fácil, las quemaduras que tuvo le afectaron, además de las piernas, su rostro y manos; sin embargo, con un excelente tratamiento, podrá volver a dar los primeros pasos, por segunda vez.
Diego y su mamá volverán mañana al sur de Bolívar en un helicóptero del Ejército, allá serán recibidos como héroes, porque aunque el adolescente lleva las cicatrices en la piel y Alba en el corazón, supieron ganarle, juntos, una batalla a la muerte.
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