El expresidente del Parlamento ucraniano, Andrii Parubii, de 54 años, fue asesinado a tiros este viernes en la ciudad de Lviv, cerca de la frontera con Polonia, por un individuo que posteriormente huyó en bicicleta, informó la policía local.
Parubii, militante del partido opositor Solidaridad Europea del expresidente Petro Poroshenko, recibió varios disparos cuando se encontraba en la vía pública. El presidente Volodymir Zelensky calificó el crimen como “terrible” y aseguró que “todas las fuerzas y medios necesarios han sido desplegados para investigar el suceso y hallar al responsable”.
El fiscal jefe de Lviv, Mykola Meret, señaló que se investigan todos los posibles motivos del asesinato, incluida una posible participación rusa, aunque hasta ahora no se ha revelado la identidad del perpetrador. Según reportes, el asesino portaba una mochila similar a la de los repartidores de comida.
Parubii era un destacado legislador nacionalista y proeuropeo, participó en la Revolución Naranja de 2004 y en el Maidán de 2013-2014, movimientos que buscaban acercar a Ucrania a Occidente y alejarla de la influencia del Kremlin. Tras el derrocamiento del presidente prorruso Viktor Yanukovych, fue nombrado secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, y luego diputado en la Rada. Con la invasión rusa, se alistó al ejército ucraniano.
El partido Solidaridad Europea denunció el hecho como un acto de “terror” y destacó a Parubii como “uno de los fundadores de la Ucrania moderna, íntegro, decente, patriota e inteligente”. Por su parte, Ruslan Stefanchuk, actual presidente del Parlamento, lo calificó de “defensor consecuente del Estado ucraniano”, mientras Poroshenko aseguró que “Ucrania ha perdido a un gran hijo, pero su causa vivirá mientras exista nuestro Estado”.
El asesinato coincide con una nueva ola de ataques masivos de Rusia contra Ucrania. Durante la madrugada, misiles y drones impactaron 14 provincias, principalmente Zaporiyia y Dnipropetrovsk. Las autoridades ucranianas informaron que más de 500 de los 600 proyectiles fueron neutralizados, aunque algunos dejaron al menos una mujer fallecida y 30 heridos, incluidos tres niños. Moscú afirmó que los bombardeos estaban dirigidos contra infraestructura militar ucraniana, aunque imágenes muestran daños a edificios residenciales.
En medio de esta escalada, Estados Unidos autorizó la venta de armas a Ucrania por valor de 300 millones de dólares, incluyendo sistemas de defensa aérea Patriot y el mantenimiento del sistema Starlink, en apoyo a la defensa contra los ataques rusos. La Unión Europea, por su parte, analiza nuevas sanciones contra Rusia para presionarla a negociar el fin del conflicto.