El ciudadano colombiano Yostin Andrés Mosquera, de 35 años, fue condenado a dos penas de cadena perpetua en el Reino Unido, con un período mínimo de cumplimiento de 42 años, tras ser declarado culpable del asesinato y descuartizamiento de dos hombres.

El episodio ocurrió en julio de 2024 en un apartamento de Londres, donde las víctimas, Paul Longworth, de 71 años, y Albert Alfonso, de 62 años (francés nacionalizado británico), fueron asesinadas. Según la acusación, Longworth fue golpeado en la cabeza con un martillo y Alfonso apuñalado varias veces en torso, rostro y cuello.

Tras los homicidios, Mosquera habría descuartizado los cuerpos y los metió en maletas para intentar dispersar los restos desde el puente “Clifton Suspension Bridge” en Bristol.

Durante el juicio en el Tribunal de la Corona de Woolwich (suroeste de Londres), el juez Joel Bennathan señaló que Mosquera podría nunca ser liberado.

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De acuerdo con la fiscalía, entre las pruebas presentadas figuraron vídeos grabados por el acusado y un análisis del ordenador que mostraba que Mosquera había investigado el valor del apartamento de las víctimas antes del crimen. Además, habría intentado realizar transferencias de dinero desde la cuenta de Alfonso hacia su propia cuenta en Colombia.

La trascendencia del caso radica no solo en la brutalidad del crimen, el análisis forense lo describe como uno de los más “atroces” vistos en esa jurisdicción, sino también en la cooperación internacional requerida para la investigación y el enjuiciamiento.

Las autoridades británicas revisan ahora las circunstancias que permitieron que un crimen de esta magnitud ocurriera en un domicilio en Londres y buscan reforzar los mecanismos de alerta temprana sobre los riesgos de explotación financiera a escenarios de violencia extrema.