La joven brasileña Juliana Marins, de 26 años, fue hallada muerta este martes tras caer desde la cresta del monte Rinjani, un volcán activo de 3.726 metros ubicado en la isla de Lombok, en Indonesia. La tragedia mantuvo en vilo a millones de personas en Brasil, que durante días siguieron con angustia los esfuerzos de búsqueda y rescate.

Marins, una bailarina oriunda de Niterói, cerca de Río de Janeiro, había iniciado el ascenso al volcán el pasado 21 de junio, acompañada por un guía local y un grupo de cinco excursionistas extranjeros. Según informaron las autoridades indonesias, la joven cayó unos 600 metros por un barranco junto al cráter.

“No se encontraron signos de vida”, confirmó Mohammad Syafii, jefe de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate de Indonesia. El cuerpo fue localizado tras cuatro días de intensas operaciones, en medio de condiciones meteorológicas adversas y terreno de difícil acceso. El hallazgo se logró gracias al uso de un dron con cámara térmica que permitió ubicar el cadáver junto al cráter del volcán.

Acusaciones de desinformación

El caso adquirió una dimensión diplomática luego de que la embajada de Brasil en Yakarta acusara al Gobierno de Indonesia de fabricar el rescate y de desinformar a la familia de Marins. Según la embajada, las autoridades indonesias aseguraron inicialmente que la joven había sido localizada con vida y que estaba recibiendo comida y agua, lo que más tarde resultó ser falso. Hasta el momento, el Gobierno de Indonesia no ha respondido oficialmente a esas denuncias.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil calificó el fallecimiento de Marins como una “tragedia que enluta a todo el país” y confirmó que la embajada en Yakarta colaboró con los equipos de rescate en la coordinación de la operación. El cuerpo fue trasladado hasta el campamento base de Sembalun, pero debido a las condiciones climáticas, su evacuación hacia un hospital de la policía solo podrá completarse este miércoles.

Viajera apasionada

Juliana Marins había iniciado un viaje por Asia en febrero. Antes de llegar a Indonesia, había recorrido Filipinas, Vietnam y Tailandia, según relató su familia. En redes sociales, compartía momentos de su travesía, mostrando su pasión por la danza, la naturaleza y la aventura.

En una publicación reciente, sus familiares expresaron su gratitud por los mensajes de apoyo y las oraciones recibidas: “Gracias a todos los que rezaron con nosotros. Juliana fue una luz que tocó muchas vidas, y su recuerdo vivirá siempre en nuestros corazones”.