La cotidianidad de la ciudad de Cúcuta se vio sacudida por una historia de dolor y resiliencia que refleja las dificultades que atraviesan muchos emprendedores ambulantes. Se trata de doña Belkis, una mujer trabajadora que enfrenta una situación crítica tras endeudarse en un intento de apoyar a su hija y sostener su pequeño negocio.

Según relató entre lágrimas, años atrás hipotecó su vivienda para prestar una suma de dinero cercana a los 15 millones de pesos con la esperanza de mejorar la vida de su familia. Sin embargo, el mal manejo de esos recursos terminó dejándola en una grave crisis financiera. Hoy, con un negocio ambulante casi en la quiebra, además de soportar deudas, ha sido objeto de amenazas por parte de uno de sus acreedores, quien le exige el pago de aproximadamente 500 mil pesos bajo intimidaciones.

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El episodio más reciente ocurrió cuando este individuo le advirtió que, si no cancelaba el dinero en pocas horas, destrozaría las vitrinas de su establecimiento. El hecho generó consternación entre los vecinos de la zona y abre un debate sobre la vulnerabilidad de los pequeños emprendedores frente a las deudas y la presión social que enfrentan para sobrevivir económicamente.

Belkis, pese a la angustia, no pierde la fe y pide a la comunidad cucuteña no juzgarla, sino comprender que detrás de cada historia de deuda hay un trasfondo humano. Su caso refleja la importancia de generar redes de apoyo comunitario y de fortalecer políticas locales que respalden a quienes, como ella, buscan salir adelante a través del trabajo honesto.