Tras varios días de incertidumbre, los cinco funcionarios de la ONU que habían sido secuestrados por hombres del ELN el pasado martes 30 de septiembre recuperaron su libertad en zona rural de Tibú, Norte de Santander. El hecho ha devuelto la calma a sus familias y compañeros, aunque deja en evidencia la delicada situación de seguridad en el Catatumbo.

El secretario de Seguridad de Norte de Santander, George Quintero, confirmó que los funcionarios fueron liberados y trasladados a la ciudad de Cúcuta, donde recibieron atención y valoración médica. Según los primeros reportes, se encuentran en buen estado de salud, a pesar de los días de retención.

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Los cinco integrantes de la misión habían sido retenidos mientras cumplían labores de verificación de programas sociales con campesinos que dejaron los cultivos ilícitos en la región. Su secuestro generó gran preocupación en la comunidad internacional y en organizaciones humanitarias que trabajan en el Catatumbo.

Este hecho vuelve a poner sobre la mesa la crisis humanitaria que enfrenta la región, donde los secuestros, las amenazas, las confrontaciones armadas y las violaciones al Derecho Internacional Humanitario son frecuentes. Líderes sociales y comunidades han reiterado el llamado al Gobierno Nacional y a los grupos armados a cesar la violencia y garantizar la protección de la población civil.

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La liberación fue recibida como un alivio, pero al mismo tiempo como una advertencia sobre los riesgos que enfrentan tanto las organizaciones internacionales como la población local en medio del conflicto.