La violencia volvió a estremecer a Floridablanca, esta vez dejando víctimas humanas y también una historia que ha conmovido profundamente a la comunidad: la muerte de un perro que resultó gravemente herido durante la masacre registrada en el asentamiento Villa Esperanza, entre los barrios La Cumbre y La Paz.
En medio de la confusión y el terror que se vivió durante la madrugada del sábado 25 de octubre, el animal fue alcanzado por uno de los proyectiles disparados indiscriminadamente contra un grupo de personas que asistía a un velorio. Aunque inicialmente sobrevivió al ataque, las heridas que sufrió resultaron ser demasiado graves.
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Un proyectil que destruyó su organismo
El perrito, de sexo macho, fue atendido de emergencia por una veterinaria local que relató con detalle la complejidad del caso. Según su informe, el animal ingresó con trauma abdominal severo, perforación en el lado derecho y signos de hemorragia interna masiva.
“El paciente presentaba ruptura del intestino grueso y delgado, además de daño en el mesenterio. Se le practicó una enterostomosis para intentar salvar la mayor parte posible del intestino. Llegó con hemoglobina baja, mucosas pálidas e hipotermia”, explicó la profesional que lo atendió.
El aspecto más impactante del procedimiento fue el tipo de proyectil que causó las lesiones. De acuerdo con la veterinaria, la bala explotó dentro del cuerpo del animal, generando daños irreversibles en sus órganos internos.
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Luchó por su vida, pero no resistió
Tras la cirugía, el equipo veterinario hizo todo lo posible por estabilizarlo: se le administraron líquidos, oxígeno y una unidad de sangre para compensar la pérdida ocasionada por la hemorragia. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, el animal falleció en las primeras horas del domingo debido a la gravedad de sus heridas.
Su muerte ha causado una fuerte impresión en quienes conocieron el caso, pues se convierte en un símbolo del impacto colateral que deja la violencia. El perrito no estaba involucrado en los hechos; simplemente deambulaba por el lugar cuando comenzaron los disparos.
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Una víctima más de la violencia sin sentido
El hecho revive el debate sobre cómo los conflictos armados y los actos violentos afectan no solo a las personas, sino también a los animales que habitan en estas comunidades. Vecinos del sector lamentaron la muerte del canino y expresaron su indignación por la crudeza de los hechos.
“La bala que le quitó la vida a ese perrito muestra el nivel de destrucción que generan estas armas. Si eso le hace a un animal, imaginemos el daño a las personas”, comentó un residente de Villa Esperanza.
Organizaciones animalistas locales también se han pronunciado, pidiendo a las autoridades investigar lo ocurrido y hacer visible este tipo de casos como una consecuencia directa de la inseguridad que golpea a muchas zonas vulnerables.




