La Procuraduría General de la Nación sancionó con destitución e inhabilidad por diez años a la patrullera Érika Judith Pérez Romero, tras determinar que incurrió en un abuso de autoridad al agredir con su bastón de dotación a un joven durante un procedimiento policial en Bogotá. La decisión, en primera instancia, fue tomada por la Procuraduría Distrital de Juzgamiento y califica la conducta como “gravísima”, ejecutada bajo modalidad dolosa.

El hecho ocurrió el 15 de octubre de 2024 en inmediaciones del humedal Juan Amarillo, en la localidad de Suba, cuando varios uniformados atendían una alerta por una presunta persona herida con arma cortopunzante. Durante un registro preventivo, Pérez Romero golpeó en el rostro a Juan Sebastián Nova, un ciudadano que se encontraba en el lugar junto a otros jóvenes.

El caso tomó notoriedad nacional luego de que un video del incidente, grabado por un testigo y difundido en redes sociales, se convirtiera en prueba clave dentro del proceso disciplinario. El material mostró el momento en que la patrullera utilizó su bastón tonfa para golpear a Nova, quien más tarde fue trasladado a un centro médico por lesiones faciales.

“El Ministerio Público verificó que la uniformada abusó de su posición de autoridad y vulneró los principios de legalidad, proporcionalidad y necesidad”, indicó el comunicado oficial del ente de control.

Patrullera denunció extorsión del joven agredido

Días antes de conocerse el fallo, el caso tomó un nuevo giro. El pasado 2 de junio, la patrullera Pérez Romero denunció públicamente haber sido víctima de extorsión por parte del joven agredido. Según su versión, Juan Sebastián Nova le exigió más de un millón de pesos a cambio de no publicar el video del procedimiento en redes sociales.

Como prueba, la uniformada presentó capturas de pantalla de conversaciones de WhatsApp en las que, presuntamente, el joven le exige dinero. En uno de los mensajes, Pérez escribe: “Solo por no subir eso a redes sociales, vuelvo y te digo, solo tengo 500 mil pesos y ya los tengo en la mano”. Nova responde: “Te faltan 700 y con respeto […]. ¿Ya conseguiste los 700? Si mandas esos 500, ¿cuándo me darías lo otro que me dices?”.

Pérez presentó la denuncia ante las autoridades competentes y, en declaraciones a medios como Citytv, sostuvo que el golpe se produjo durante un forcejeo al intentar girar al joven durante la requisa: “Sin querer lesionarlo, lo golpeo en la cara”, dijo.

Sin embargo, para la Procuraduría, el uso de la fuerza fue excesivo e injustificado. El fallo sostiene que la patrullera incurrió en una grave vulneración a los derechos del ciudadano y al manual del uso de la fuerza establecido para los miembros de la Policía Nacional.

Un caso que reabre el debate sobre el abuso policial

El joven agredido, Juan Sebastián Nova, afirmó que el impacto le causó lesiones graves en el rostro, incluida afectación visual y ruptura de vasos sanguíneos. Además, denunció que la patrullera intentó retenerle el celular y que lo amenazó con no devolvérselo.

La patrullera, por su parte, defendió su trayectoria en la institución y cuestionó la manera en que su caso ha sido expuesto ante la opinión pública. “Por uno que se equivoque, generalizan a toda la Policía y dicen que es lo peor, pero cuando tienen algún problema, al primero que llaman es a un policía”, declaró.

La sanción impuesta impide que Érika Judith Pérez Romero ejerza cualquier cargo público durante los próximos diez años, mientras avanza la denuncia por extorsión interpuesta por ella ante la Fiscalía.