La escena artística de México se tiñe de luto tras el brutal asesinato de Juan Luis Martínez, mejor conocido como “El Bocho”, vocalista de la agrupación Dorado de Abasolo. El crimen ocurrió la noche del domingo 26 de octubre mientras el cantante se encontraba en una vivienda particular, en la colonia Los Pirules de Ciudad de México.
Detalles del ataque
Según el medio que reporta los hechos, dos sujetos desconocidos irrumpieron en la casa alrededor de las 10 p.m. Los agresores dispararon al menos cinco veces contra “El Bocho” desde corta distancia mientras estaba acompañado de familiares y amigos. Tras los disparos, huyeron en un vehículo sin que, por el momento, se hayan informado detenciones.
El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense para realizarle los exámenes correspondientes. Mientras tanto, la policía ya acordonó la zona y abrió una investigación formal para esclarecer los móviles del crimen.
¿Quién era “El Bocho”?
Juan Luis Martínez se había consolidado en la escena de la música regional mexicana como líder de Dorado de Abasolo, banda originaria del municipio de Abasolo, en el estado de Guanajuato. Su estilo, especialmente vinculado al huapango, lo convirtió en una figura muy destacada para festivales y ferias de la región.
El ataque ha sido recibido con consternación por fans, compañeros artistas y seguidores de la agrupación, quienes utilizan las redes sociales para lamentar su pérdida y exigir justicia.
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Investigan los motivos
Hasta ahora, no se ha revelado oficialmente por qué fue asesinado el cantante ni si existía una amenaza directa. Las autoridades, incluida la Agencia de Investigación Criminal, se han movilizado al lugar de los hechos para recolectar evidencia y avanzar en el esclarecimiento del caso.
La comunidad exige respuestas y acciones inmediatas para detener la escalada de violencia que afecta al gremio musical y a la sociedad en general.
Un crimen que va más allá de la noticia
Este asesinato no solo representa una pérdida personal y artística, sino también pone de relieve una problemática mayor: la vulnerabilidad de los artistas frente al crimen organizado, la necesidad de mayor protección y el reto de garantizar seguridad en eventos y espacios culturales.
Para el sector musical regional, y para el público que lo seguía, “El Bocho” ya no estará en el escenario. Pero su partida abre un capítulo de reflexión sobre la violencia que silencia voces e historias que merecían seguir sonando.




