Un informe preliminar reveló que el trágico siniestro del Ascensor da Glória en Lisboa, que dejó 16 muerto, se produjo por la rotura de un cable que no cumplía la normativa para transporte de personas.
La investigación del Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes de Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF) determinó que el cable clave, con apenas 337 días de uso, no estaba certificado para su función en un sistema de transporte de pasajeros. Además, el mantenimiento registrado presentaba graves irregularidades: tareas “cumplidas” que no se realizaron, inspecciones cuya zona rota era inaccesible sin desmontaje y un sistema de frenado secundario que falló.
El siniestro ocurrió cuando la cabina descendente perdió control tras la rotura del cable, se deslizó por la pendiente de la Calçada da Glória y se estrelló contra un edificio, generando uno de los mayores desastres de su tipo en Europa.
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El funicular, símbolo de Lisboa desde 1885 y declarado Monumento Nacional en 2002, transportaba a más de 3 millones de personas al año. Tras la tragedia, el servicio fue suspendido, las autoridades iniciaron una auditoría externa y la opinión pública exige responsabilidades.