Cualquiera creería que esta es una autopista, o por lo menos una vía amplia especial para las motocicletas, pero no, se trata de un andén por el que los indisciplinados conductores se mueven como pedro por su casa, sin importarles la integridad y la vida de los transeúntes, que confiados caminan de día o de noche por el lugar.
Esto confirma que los velocípedos siguen siendo el peor enemigo de los peatones y el más serio peligro en las vías públicas.
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