Durante su audiencia general en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV hizo este miércoles un llamado urgente a la comunidad internacional para intensificar sus esfuerzos por la paz y el diálogo en Medio Oriente, especialmente ante las tensiones persistentes en Irán, Israel y Palestina. El pontífice citó al profeta Isaías para expresar su firme oposición a la guerra: “Una nación no debe lanzar la espada contra otra; no se debe aprender nunca el arte de la guerra”.

Un mensaje de fe y reconciliación

Frente a miles de fieles reunidos en el Vaticano, León XIV señaló que la región sigue siendo un motivo constante de preocupación. “Continuamos siguiendo con atención y esperanza la situación en Irán, Israel y Palestina”, afirmó, subrayando la necesidad de que las partes implicadas escuchen el clamor por la paz. “Que se escuche esta voz dirigida al Altísimo. Que se alcance la vía del diálogo, de la armonía y de la paz”, insistió.

El llamado del pontífice se produce en un contexto internacional marcado por escaladas bélicas, desplazamientos forzados de población civil y bloqueos diplomáticos, que dificultan los avances hacia negociaciones sostenibles y ceses al fuego.

La catequesis: fe frente al sufrimiento

En su catequesis semanal, León XIV centró su reflexión en dos relatos del Evangelio de Marcos que abordan el dolor, la exclusión y la esperanza: la curación de una mujer con hemorragias y la resurrección de la hija de Jairo. “Me parece que estas situaciones pueden cotejarse con nuestras realidades de sufrimiento y desilusión”, expresó el Papa.

El pontífice destacó la fe del padre de la niña enferma, quien “no se queda en casa lamentándose, sino que va en busca de ayuda”. Incluso cuando le dicen que su hija ha muerto, “él sigue teniendo fe y continúa esperando”, señaló León XIV.

También profundizó en el gesto de la mujer enferma, quien desafía las normas sociales de su tiempo para tocar el manto de Jesús. “Con gran valentía esta mujer ha tomado la decisión que cambia su vida”, afirmó. Citando a san Agustín, recordó: “La multitud apretuja, la fe toca”, y subrayó que “cada vez que realizamos un acto de fe dirigido a Jesús, se establece un contacto con Él e inmediatamente su gracia sale de Él”.

El Papa también puso atención en un detalle del relato: después de la resurrección de la niña, Jesús dice a los padres que le den de comer. “Es otra señal concreta de la cercanía de Jesús a nuestra humanidad”, explicó.

Llamado a no perder la esperanza

La catequesis concluyó con una exhortación dirigida a los fieles: “En la vida hay momentos de desilusión y de desánimo, y hay también la experiencia de la muerte. Aprendamos de aquella mujer, de aquel padre: vamos hacia Jesús: Él puede sanarnos, puede hacernos renacer. ¡Él es nuestra esperanza!”