El papa León XIV hizo un enérgico llamado este domingo 20 de julio a la comunidad internacional para que no justifique el “castigo colectivo” ni el “desplazamiento forzoso” de la población civil en Gaza, en medio de la intensificación del conflicto en la región.
Durante su alocución tras el rezo del Ángelus en Castel Gandolfo, donde pasa sus vacaciones estivales, el pontífice —de origen estadounidense y peruano— se refirió al reciente ataque israelí contra la parroquia católica de la Sagrada Familia en Gaza, que dejó tres muertos y varios heridos.
“No puede haber justificación alguna para el castigo colectivo, el uso indiscriminado de la fuerza o el desplazamiento forzoso de los habitantes”, afirmó el Papa, instando al respeto del derecho humanitario y a la protección de los civiles.
El líder de la Iglesia Católica expresó su “profundo dolor” por las víctimas del ataque a la única iglesia católica en la Franja de Gaza, mencionándolas por su nombre y dirigiendo palabras de consuelo a sus familias y a toda la comunidad cristiana local.
“Este hecho se suma a los continuos ataques militares contra la población civil y los lugares de culto en Gaza”, añadió, reiterando su llamado a detener “la barbarie de la guerra” y a trabajar por una solución pacífica al conflicto.
Antes, en una breve declaración a los periodistas tras la misa dominical celebrada en la catedral de Albano, León XIV reiteró su pedido de “dejar las armas” y afirmó que “el mundo no soporta más” la guerra.
Consultado sobre su reciente conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, luego del ataque a la iglesia católica, el papa señaló que insistió en “la necesidad de proteger los lugares sagrados y de trabajar juntos en ese sentido”.
El pontífice fue recibido con fervor por miles de fieles que lo ovacionaron en su recorrido por las calles del centro histórico de Albano, donde bendijo niños, saludó a enfermos y compartió mensajes de paz con los peregrinos que lo acompañaban.
Durante su homilía, León XIV también alentó a aprovechar el verano para fomentar la cercanía, el descanso y la solidaridad, e insistió en la necesidad de promover “una cultura de paz entre personas, pueblos y religiones”.