No se trata de un caso de xenofobia, pero ya es hora de que se le ponga orden a esa gran afluencia de venezolanos que están invadiendo a Bucaramanga.
Preocupa, por ejemplo, lo que está sucediendo en el parque Romero, donde a las múltiples riñas y homicidios de las últimas semanas, se suma como los migrantes se han tomado por asalto las canchas para establecer sus viviendas y pasar allí las noches, convirtiendo la zona en un foco de desaseo e inseguridad.
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Hay que ser realistas y pensar que, si no se cuenta con medios para recibirlos y atenderlos, se debe impedir su ingreso a la ciudad y establecer una zona de paso hacia otros lugares del país.
Y debe quedar claro que, si no se toman medidas inmediatas, después podría ser tarde.
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