Este 21 de julio, en el marco del Día Mundial del Perro, expertos hacen un llamado urgente a visibilizar una problemática que afecta silenciosamente a miles de mascotas: el dolor muscular y articular. Aunque a menudo pasa desapercibido, se estima que el 38% de los perros presenta este tipo de afecciones, lo que compromete su movilidad, bienestar físico y estado emocional.
La enfermedad articular degenerativa (EAD) es una de las principales causas de este dolor, una condición crónica y progresiva que se manifiesta a través de síntomas como cojera, rigidez, rechazo al juego o dificultad para levantarse. Sin embargo, muchos tutores desconocen estas señales o las asocian erróneamente al envejecimiento normal.
“El desgaste del cartílago impacta directamente en la calidad de vida de los perros. Detectar a tiempo la enfermedad articular degenerativa es clave para garantizarles una vida sin dolor, más activa y feliz”, asegura Daniela Piñeros, gerente de veterinaria de Heel Colombia.
Cambios de comportamiento, una alerta silenciosa
La falta de interés en jugar, la disminución de la actividad física o incluso cambios de ánimo pueden ser indicios de dolor articular. Aunque la EAD afecta principalmente a perros mayores, también puede presentarse en animales jóvenes con antecedentes de traumatismos, predisposición genética o sobrepeso.
“El estilo de vida moderno ha transformado las rutinas de nuestras mascotas. Algunos perros hacen poco ejercicio, mientras que otros son sometidos a actividades de alto impacto sin preparación, lo que puede acelerar el desgaste articular”, explica Piñeros.
Tratamientos naturales y efectivos
Frente a este panorama, existen terapias de origen natural que ayudan a proteger el cartílago, reducir la inflamación y aliviar el dolor sin los efectos secundarios comunes de otros medicamentos. Estas soluciones están ganando terreno como alternativa segura para perros sensibles o de edad avanzada.
Ourofino Salud Animal y otras compañías veterinarias han destacado la importancia de un enfoque integral en el tratamiento de la EAD, que incluya diagnóstico temprano, manejo del peso, actividad física moderada y opciones terapéuticas adecuadas a cada caso.