Víctimas, modus operandi y responsables
En la madrugada del lunes 3 de noviembre, en el establecimiento conocido como “El Cantinazo” en el municipio de Corinto (norte del departamento del Cauca), cuatro personas –dos hombres, una mujer adulta y una menor de 17 años– fueron asesinadas en un ataque armado ocurrido sin mediar palabra. Según las autoridades, el crimen fue perpetrado por miembros de la estructura disidente del frente “Frente Dagoberto Ramos”, vinculado al autodenominado Estado Mayor Central bajo el mando del alias “Iván Mordisco”.
Las víctimas ya fueron identificadas como: Yoselín Mosquera, Paula Andrea Ríos, Gustavo Conda Campo y Omar Guachetá.
En el lugar también quedaron tres personas gravemente heridas, quienes fueron trasladadas a hospitales en los municipios de Cali y Miranda, donde permanecen en pronóstico reservado.
Contexto de violencia y disputa territorial
Los analistas advierten que el norte del Cauca constituye un corredor estratégico para economías ilegales, lo que ha intensificado los enfrentamientos entre grupos armados y sus acciones violentas contra civiles. El director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ), Leonardo González, señaló que la confrontación entre estas disidencias genera desplazamientos, reclutamiento forzado de menores y confinamientos.
Este ataque se suma a otros recientes en la región, incluyendo atentados con explosivos y homicidios selectivos, lo que demuestra un deterioro de la situación de seguridad en la zona norte del Cauca.
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Reacción institucional y consecuencias para la comunidad
Ante los lamentables hechos, el Almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares, llegó a la zona para coordinar una respuesta operativa. Se anunció una recompensa por información que permita la ubicación de los responsables. “No vamos a permitir que los grupos armados sigan intimidando a la población”, declaró.
Mientras tanto, el alcalde del municipio de Suárez, vecino en la región, hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional para reforzar la presencia estatal, señalando que “la comunidad merece vivir tranquila, no nos dejen solos”. También, los habitantes del norte del Cauca se encuentran viviendo en medio de la incertidumbre, mientras la tensión y el miedo se profundizan con cada fin de semana.




